Mié. Sep 17th, 2025

● La gestión emocional se convierte en un recurso estratégico tanto a nivel individual como organizacional ante situaciones adversas como el apagón eléctrico.

El apagón que afectó la semana pasada a amplias zonas de España no es un hecho aislado. Al igual que la reciente DANA o la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, expone una verdad recurrente: nuestra sociedad sigue estando emocionalmente vulnerable ante lo inesperado.

El equipo de Psiconnea, entidad comprometida con la promoción de la salud emocional preventiva, recuerda que cada situación de crisis pone a prueba no solo infraestructuras físicas, sino también los cimientos emocionales de las personas y las comunidades.

Cuando la estabilidad externa se quiebra, la capacidad de resiliencia interna se convierte en el principal activo colectivo para afrontar, sostener y superar las adversidades.

Recomendaciones prácticas para afrontar crisis imprevistas

Para empleados y trabajadores:

● Mantén una comunicación activa con tu equipo:
Compartir información contrastada y verbalizar emociones de forma breve y clara ayuda a reducir la sensación de aislamiento y frena la propagación de rumores. Mantener abiertos canales de comunicación segura fortalece la percepción de control compartido.

● Aplica pausas de autorregulación emocional:
Breves ejercicios de respiración consciente, estiramientos o pausas sensoriales ayudan a mantener la mente flexible y a evitar respuestas impulsivas.

● Prioriza lo esencial y sé pragmático:
Distinguir entre lo urgente y lo importante permite optimizar los recursos emocionales y físicos, reduciendo el riesgo de saturación.

● Conserva energía emocional:
Evita desgastarte en rumores, discusiones improductivas o escenarios hipotéticos. Mantén el foco en acciones posibles y relevantes.

● Si el contexto lo permite, activa la resiliencia creativa:
Momentos de pausa forzada, como un apagón, pueden convertirse en espacios para reconectar con lo humano y abrir vías de creatividad colectiva.
En el equipo de Psiconnea, la salida a la calle para conversar con personas, buscar espacios de luz natural y dinamizar ideas estratégicas mediante post-its demostró que la creatividad también puede ser una respuesta resiliente.
Estos ejercicios no solo reactivan la capacidad de pensar de manera flexible, sino que también fortalecen el sentido de propósito y comunidad.

Para líderes y responsables de equipo:

● Valida emocionalmente al equipo de manera consciente:
Reconocer el impacto emocional sin juicio estabiliza los entornos alterados y promueve un clima de apoyo mutuo.

● Comunica con transparencia, incluso ante la incertidumbre:
Compartir de forma honesta lo que se sabe y lo que aún está pendiente de confirmación reduce la especulación y fortalece la confianza grupal.

● Fomenta rituales colectivos de cohesión:
Pequeños gestos de cuidado y escucha activa, organizados intencionalmente, refuerzan la pertenencia y la resiliencia del grupo.

● Cuida también tu propia regulación emocional:
El autocuidado del líder es esencial para sostener la estabilidad emocional del equipo.

● Aprovecha momentos de pausa forzada para fortalecer el pensamiento estratégico:
Dirigir la energía colectiva hacia dinámicas de ideación, resolución creativa de problemas o construcción de escenarios futuros refuerza no solo la resiliencia, sino también la capacidad innovadora del grupo.

Para familias y hogares:

● Explica con calma lo que ocurre, adaptándolo a cada edad:
En un apagón, es importante transmitir seguridad básica: “No pasa nada grave, es temporal”. Usa un lenguaje sencillo, evitando sobrecargar de información o transmitir ansiedad. Cada explicación debe ser proporcional a la edad y madurez de cada miembro.

● Mantén rutinas adaptadas siempre que sea posible:
Comer juntos, mantener horarios de descanso o inventar nuevos rituales (como contar historias o jugar a juegos de mesa) ayuda a reducir la percepción de caos. La estructura, aunque mínima, es un estabilizador emocional poderoso.

● Organiza canales de comunicación alternativos:
Si falla el acceso a la tecnología, define previamente puntos de encuentro seguros, redes de apoyo cercanas (familiares, vecinos) y manten un listado físico de teléfonos importantes para cuando sea posible llamar.

● Prioriza la presencia emocional sobre la explicación constante:
A veces no es necesario “saber más” para estar mejor. Escuchar, acompañar en silencio, crear espacios de calma compartida ayuda más que intentar explicar todo.

● Evita la sobrecarga emocional no solo de medios, sino también de comentarios de la calle:
Los rumores y las versiones distorsionadas pueden aumentar la angustia, especialmente en niños y personas mayores. Si es posible, mantén a los niños en entornos de juego y relación infantil, no expuestos a conversaciones de adultos sobre miedos o peligros. Ayer, en muchas ciudades, se observó cómo parques llenos de niños jugando aliviaban su estrés natural. Esa es la vía adecuada.

● En colegios y centros educativos, si los padres no pueden recoger a los menores de inmediato, favorecer actividades creativas, juegos colaborativos o ejercicios físicos ayuda a que los menores perciban el evento como una “aventura controlada” y no como un peligro.

Cuidado con la información no verificada: la segunda amenaza invisible

En escenarios críticos, la circulación de rumores y el «boca-oreja» no solo desinforma: incrementa la ansiedad y bloquea la toma de decisiones racionales.

Recomendaciones clave:

● No sacar conclusiones precipitadas ante informaciones incompletas.
● Priorizar fuentes confiables: autoridades oficiales, medios contrastados, profesionales reconocidos.
● Evitar la sobreexposición a noticias repetitivas o no verificadas que alimenten el miedo.
● Si no tienes acceso digital, apóyate en las fuentes que hayas identificado previamente como fiables.

El equilibrio emocional, en estos casos, también se sostiene con un equilibrio informativo: prudente, contrastado y consciente.

La dependencia tecnológica: una vulnerabilidad emergente

La experiencia reciente también pone en evidencia una realidad muchas veces invisible:

La creciente dependencia tecnológica no solo afecta a nuestras comunicaciones y servicios básicos. También impacta directamente en nuestra estabilidad emocional.

Cuando la conectividad desaparece:

● La sensación de aislamiento aumenta.
● La incertidumbre se multiplica ante la falta de información fiable.
● La capacidad de respuesta emocional se debilita si no existen recursos alternativos preparados.

Por eso es esencial diversificar nuestros recursos personales y comunitarios, incluyendo:

● Canales de comunicación no digitales.
● Planes de contingencia emocional sencillos.
● Red de apoyo humano cercana y accesible.

El verdadero equilibrio que sostiene la resiliencia no depende únicamente de la tecnología, sino de nuestra capacidad de adaptación humana consciente.

Sobre Psiconnea
Psiconnea trabaja para impulsar la democratización del cuidado emocional, combinando ciencia, psicología aplicada e innovación tecnológica, con el propósito de anticipar riesgos, proteger la salud emocional y fortalecer a las personas y comunidades frente a los desafíos del presente y del futuro.

Por María Victoria De Rojas

Experta en Comunicación. Editora de publicaciones impresas y online. Coordinadora editorial de Citymotion.

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