MOVILIDAD SOSTENIBLE
La nueva movilidad urbana
Cada vez hay más foros de debate sobre el desarrollo de la movilidad en las ciudades. La concentración poblacional tiene consecuencias negativas sobre la calidad de vida: contaminación, ruidos, tiempo… El debate sobre la nueva movilidad centra jornadas y congresos estos últimos tiempos como el de IMC21 celebrado recientemente, o el congreso de la asociación de transportes urbanos colectivos celebrado recientemente en Almería.
Por Mayte Rodríguez
El medioambiente es, sin duda, la preocupación fundamental ya que la baja calidad del aire provoca graves enfermedades a los habitantes de las urbes mundiales reduciendo además su esperanza de vida. Pero la calidad de vida se mide también por la cantidad de tiempo libre que tenemos. Cuando estamos sujetos a densidades de tráfico altas los desplazamientos se vuelven lentos y hasta tediosos. Los teóricos de la movilidad hablan ahora de “ciudades en 15 minutos”, es decir, que todos los servicios se encuentren en un radio de un cuarto de hora de movilidad para cualquier ciudadano. Es el objetivo.
La Unión Europea, quizás más aún tras la pandemia, persigue ese reto de mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades estableciendo una legislación obligada a los países miembros, y con la que se ven en la obligación de reducir drásticamente la contaminación urbana.
La creación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) es una obligación ya para las ciudades de más de 50.000 habitantes, así como la de mejorar y hacer sostenibles medioambientalmente sus transportes públicos, además de digitalizarlos. Es decir, acercarlos a los ciudadanos a través de la tecnología con el objetivo de ganar en rapidez y seguridad.
En esta evolución hay unas ciertas tendencias predominantes, sin duda hay muchas más, pero digamos que estas son las más visibles:
1.- La sostenibilidad está presente en todos los puntos de la cadena de producción. Para que la transición hacia el transporte urbano sostenible sea definitiva, la economía circular debe estar presente en cada una de las decisiones que se tomen en este ámbito. En esta la línea la industria ha asumido el reto de fabricar vehículos de emisiones cero, perfectamente viables para sustituir a los motores diésel. Aún hay un camino por recorrer a nivel de prestaciones, pero las ciudades han iniciado un imparable proceso de electrificación. Además, la industria no deja de experimentar con nuevas alternativas como el hidrógeno, biogás… en una carrera donde el más preparado podría llevarse un mayor trozo del pastel en lo que venimos llamando movilidad urbana.
2.- Hablamos de una movilidad urbana donde juega un papel importante las soluciones de última milla, no solo en el mundo de la paquetería y reparto, (un negocio que ha despegado durante la pandemia), si no también, en la movilidad personal. Llegar con seguridad al destino se ha convertido en un reto de muchos ayuntamientos que fomentan paradas a la demanda en el transporte en autobús, poniendo en foco en primer lugar, en colectivos desprotegidos. Hay una clara tendencia a humanizar y personalizar el transporte público. Pero, además, la intermodalidad o la combinación de modos juega un papel fundamental en esos viajes de última milla que cada vez fomentan más los ayuntamientos. Así, la creación de parkings disuasorios para dejar el vehículo privado es una realidad habitual ya en las ciudades con mayor densidad de población para incentivar el uso del transporte público y de la micromovilidad.
3.- Consolidación de la movilidad compartida, también llamada ‘micromovilidad compartida’. Un término que va a seguir arrasando en los centros urbanos. Conceptos como el car sharing y el alquiler de motos, bicicletas y patinetes han replanteado la manera de desplazarse en las ciudades, abriendo una nueva vía en el transporte urbano sostenible. Todos estos vehículos serán claves en la nueva movilidad, pues cada vez son más las ciudades que limitan el acceso a los centros urbanos con el vehículo particular. Ejemplos que ya tenemos en ciudades como Madrid o Barcelona.
4.- Desarrollo de Planes de Movilidad Transversales. Las administraciones están pegando un cambio radical dejando atrás los planes de infraestructuras y comenzando a hacer planes de transporte y movilidad más globales. En Francia, por ejemplo, ya cuentan con una Ley de Orientación de la Movilidad, la primera norma jurídica de un estado europeo que regula la movilidad en su conjunto. En el caso de España, iniciativas como la Estrategia de Movilidad 2030, el Marco Estratégico de Energía, o la Estrategia de Descarbonización a 2050 que prepara el Gobierno, ya han dejado entrever que seguirán la misma dirección.
5.- La digitalización es el nexo sobre el que se asientan las nuevas soluciones de movilidad. El desarrollo de aplicaciones que acerquen a los usuarios a los medios son el éxito de los nuevos modelos de movilidad compartida y a los que loso modos tradicionales tienen que tender si quieren competir. Las administraciones públicas son muy conscientes de que la movilidad pasa por la conectividad y sus planes de desarrollo pasan por la implementación de tecnologías para el acceso a una movilidad más eficaz.