El gas natural y en particular el GNL se ha convertido en los últimos años en la única alternativa real, inmediata y accesible a los derivados del petróleo para el transporte por carretera. Así lo asegura la Asociación Empresarial Small Scale Gas Natural.
Además de reducir drásticamente las emisiones reguladas y también de CO2, ofrece el
importante valor añadido de crear un parque circulante de vehículos listos para utilizar
biometano, la variante renovable del mismo gas metano y que por su producción a partir
de residuos orgánicos completa el circuito de la tan deseada economía circular.
En el transporte pesado y de larga distancia no hay en perspectiva realista a corto y medio
plazo más que el diésel o el (bio)GNL.
Es importante indicar que el consumo anual de energía de un camión pesado equivale al de 40-50 turismos y así nuestro parque actual de vehículos pesados de GNC/GNL, que alcanza unas 13.000 unidades, está sustituyendo a más de 300.000 toneladas de diésel, ya no consumidas en nuestro país.
Consideramos urgente y necesario paliar los efectos devastadores que la subida del gas
está produciendo en el transporte pesado con GNL y que puede frenar su desarrollo,
bloqueando así el futuro inmediato del bioGNL, renovable, neutro en CO2 y de producción
nacional. En otros países de la UE como Italia y Grecia ya se han destinado importantes
partidas presupuestarias para ayudas directas a los clientes finales de gas natural. La UE
califica al gas natural como combustible verde e imprescindible en la transición hacia la
descarbonización.
El (bio)GNL es el único combustible que ayudará a mantener y desarrollar el tejido
industrial y de servicio de los camiones actuales, en un ambiente de máximo respeto
ecológico y con la garantía de un coste total operativo conocido y sin riesgos.