Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) crecerán un 8,8 por ciento hasta 2030 con los actuales compromisos internacionales de reducción de CO2 mientras que deberían reducirse hasta un 43 por ciento respecto a 2019 para poder cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar a 1,5 grados centígrados (ºC) el aumento de temperatura mundial a final de siglo.
Esta es la conclusión de un nuevo análisis de la ONU Cambio Climático, que se publica apenas 15 días antes del inicio de la XXVIII Conferencia de las Partes de Cambio Climático en Dubai (Emiratos Árabes Unidos).
El informe ha analizado los compromisos actuales de los países, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de 195 países y aunque destaca que este 8,8 por ciento de incremento anual supone una mejora «marginal» respecto a la evaluación del año pasado, cuando los países iban camino de aumentar sus emisiones un 10,6 por ciento anual de aquí a 2030 en comparación con 2010.
Por tanto, la ONU denuncia que los planes nacionales de acción climática siguen siendo insuficientes para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados y cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Aunque valora que algunos países han realizado «mayores esfuerzos» el departamento de Cambio Climático de la ONU insiste en que es necesaria una «acción más ambiciosa y urgente para inclinar a la baja la trayectoria de las emisiones mundiales y evitar los peores impactos del cambio climático.
El secretario ejecutivo de Cambio Climático de la ONU, Simon Stiell, ha apuntado que el informe muestra que en su conjunto los Gobiernos están dando «pequeños pasos» para evitar la crisis climática pero incide en que los gobiernos «deben tomar medidas audaces en la COP28 en Dubai».
«Esto significa que la COP28 debe ser un momento de cambio trascendental. Los gobiernos no sólo deben acordar qué medidas climáticas contundentes se adoptarán, sino también empezar a mostrar exactamente cómo llevarlas a cabo», valora. El balance mundial busca informar los nuevos planes de acción climática de los países, las NDC que se tendrán que presentar en 2025 para sentar las bases de una acción acelerada.
Soluciones
Stiell observa que aunque el informe de síntesis del balance mundial de este año es «clave» porque muestra «claramente» en qué áreas se avanza lentamente, también expone «la amplia gama de herramientas y soluciones propuestas» por los países.
En este contexto, el informe recuerda que los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) estiman que las emisiones de GEI deben reducirse un 43 por ciento para 2030, en comparación con los niveles de 2019 para poder limitar a 1,5ºC el aumento de temperatura y evitar los peores efectos del cambio climático, como sequías, olas de calor y precipitaciones más frecuentes y graves.
A este respecto, el secretario ejecutivo de Cambio Climático de la ONU denuncia que aunque cada fracción de grado es «importante» en la actualidad se está «lejos del camino correcto» y confía en que la COP28 sea «el momento» de cambiar esta situación y mostrar los «enormes beneficios de una acción climática más audaz» en términos de empleo, salarios, crecimiento económico, oportunidades, estabilidad, menor contaminación y mejor salud.
El actual informe analiza las NDC de 195 partes actualizadas a fecha de 25 de septiembre de 2023 y, tras ello, concluye que aunque el pico de emisiones llegará en 2030 y a partir de ahí dejarán de aumentar en comparación con los niveles de 2019, aún no muestran la «rápida tendencia a la baja» que la ciencia estima necesaria en esta década.
Pico de emisiones en 2030 si los países cumplen
De hecho, el informe prevé que las emisiones sean un 2% inferiores a los niveles de 2019 en 2030 por lo que señala que el pico de emisiones se producirá «en esta década». Para ello, insta a poner en marcha los compromisos, sobre todo en lo relativo a mayor acceso a recursos financieros, transferencia de tecnología y cooperación técnica, y apoyo al desarrollo de capacidades, así como de la disponibilidad de mecanismos basados en el mercado.
«Podemos conseguir que la COP28 suponga un cambio radical», confía Stiell que añade que para ello es necesario «recuperar la confianza en el proceso de París» y cumplir «todos los compromisos», sobre todo en materia de financiación, a la que define como «el gran facilitador de la acción climática».
Por su parte, el presidente de la COP28, el sultán Al Jaber quiere que la COP28 sea un «punto de inflexión histórico» en esta «década crítica» para que aprovechar el balance mundial para comprometerse a aumentar su ambición, «unirse, actuar y obtener resultados» que mantengan el objetivo del 1,5ºC al alcance, pero «sin dejar a nadie atrás».
Por otro lado, un segundo informe de ONU Cambio Climático sobre estrategias de desarrollo de bajas emisiones a largo plazo publicado también este martes ha analizado los planes de los países para lograr cero emisiones netas en 2050 y que concluye que las emisiones de gases de efecto invernadero de estos países podrían ser aproximadamente un 63 por ciento más bajas en 2050 que en 2019, si todas las estrategias a largo plazo se aplican plenamente a tiempo.
De hecho, concluye que las estrategias actuales a largo plazo, que representan a 75 partes del Acuerdo de París, suman el 87 por ciento del PIB mundial; el 68 por ciento de la población mundial en 2019 y cerca del 77 por ciento de las emisiones GEI de 2019. «Se trata de una señal clara de que el mundo está empezando a aspirar a emisiones netas cero«, concluye el trabajo.
Sin embargo, observa de que muchos objetivos de reducción a cero siguen siendo inciertos y posponen medidas críticas que deben tomarse ahora.