Los datos que presentan la huella de carbono en operaciones logísticas y de transporte requieren de soluciones estructurales y urgentes. Y es que son responsables del 25% de las emisiones de CO2 en España, según la Agencia Europea de Medioambiente. Este dato previsiblemente irá en aumento debido al auge del ecommerce en nuestro país. “Por esta razón es indispensable que la logística invierta en innovación para buscar soluciones sostenibles que permitan descarbonizar el sector», afirma Silvia García, especialista en medioambiente y desarrollo sostenible en FM Logistic.
Desde hace varios años, FM Logistic se ha puesto la meta de liderar el sector en innovación y desarrollo sostenible. “Para alcanzar ese objetivo, hemos apostado por el que se prevé como uno de los combustibles del futuro, el hidrógeno”. De hecho, ya está en fase de implantación la hidrogenera que FM Logistic ha instalado en su centro de Illescas, Toledo, la primera hidrogenera del sector logístico en España.
Según Silvia García, “el compromiso medioambiental del sector logístico debe pasar también por descarbonizar el interior de sus almacenes, y no solo por buscar alternativas más sostenibles para la distribución de mercancías”. Con este objetivo, FM Logistic ha incorporado en las instalaciones de Illescas las primeras carretillas de hidrógeno en España. “Existen claras razones que nos han motivado a elegir esta opción para la sustitución de las baterías de plomo-ácido utilizadas hasta ahora”, añade.
Pilas de hidrógeno vs baterías de litio
En ese sentido, comenta Silvia García que FM Logistic acaba de elaborar, en base a numerosa documentación y bibliografía analizada, un estudio comparativo de las carretillas elevadoras con pilas de hidrógeno, tomando como base de partida las sustituidas de plomo-ácido y como referencia otra alternativa de sustitución, como las baterías de litio.
Según este estudio, hay beneficios más que destacables en las pilas de hidrógeno, aunque en ambos casos lo más importante es la no emisión de gases de efecto invernadero durante su uso, y más aún cuando la energía necesaria para dichas baterías y para la generación del hidrógeno proviene de fuentes renovables, como es una instalación fotovoltaica ubicada en el propio edificio.
En términos de densidad de energía (kWh/kg), la ventaja que ofrece el hidrógeno frente a los sistemas de baterías es indiscutible.. Es decir, que si se quiere aumentar la autonomía o distancia a recorrer por un vehículo, con las baterías eléctricas esto conlleva un aumento de peso y espacio tan importante que, en vehículos pesados o de uso intensivo, provoca la casi desaparición de la ventaja en la mayor eficiencia de las baterías en comparación con las pilas de hidrógeno.
Por otro lado, la autonomía de la carretilla con batería de litio puede llegar a las 8 horas mientras que con la pila de hidrógeno es de 12 horas, superando el tiempo equivalente a una jornada laboral de 8 horas. Otro dato interesante es que la vida útil de las baterías de litio ronda los 10 años y la de las pilas de hidrógeno puede llegar a superar los 15 años.
Lo más destacable en relación a productividad es el tiempo de recarga, ya que para una carretilla con pila de hidrógeno es inferior a dos minutos y para la de batería de litio es de 2 a 4 horas. Esto se traduce en un importante ahorro de tiempo dentro del almacén y por consiguiente, en un aumento de la productividad de operarios y máquinas.
En cuanto a los aspectos ambientales indirectos, destacar los asociados a las etapas de fabricación y eliminación. En este sentido, son las baterías de litio las que presentan el mayor impacto medioambiental, principalmente durante la obtención de los metales necesarios para su fabricación por la minería y su refinamiento. Aunque para la fabricación de pilas de hidrógeno también es necesario ciertos metales, la diferencia fundamental radica en la diversidad de metales y las cantidades que son necesarios para cada sistema. Mientras que para las baterías de litio se utilizan, además del litio, metales como el cobalto, níquel, cobre y aluminio en mayores cantidades, para las pilas de hidrógeno son sólo el platino y el níquel los metales empleados, y en mínimas cantidades; en consecuencia, el impacto ambiental es menor.
Para la etapa de eliminación, actualmente existen varios sistemas de reciclaje de baterías de litio. Sin embargo, los métodos más frecuentemente utilizados están basados en procesos que presentan importantes impactos ambientales (como emisión de gases) y elevados costes energéticos.
Las técnicas de recuperación y reciclado de las pilas de H2 están aún en fases iniciales y de desarrollo. Esto, junto con el hecho de la baja cantidad de pilas agotadas por el momento, hace que, en la actualidad, los materiales de las pilas de combustible no lleguen a recuperarse a gran escala. En su lugar, los métodos tradicionales de separación y eliminación son los que prevalecen. Sin embargo, hay que tener en cuenta la existencia de una cadena de suministro madura para el uso y, por tanto, el reciclado del platino en los catalizadores de los vehículos tradicionales, que puede servir igualmente para las pilas de hidrógeno.
Un ejemplo de alta eficiencia en el reciclado es la tecnología actual de Ballard que, utilizando procesos adecuados de reciclaje, llega a recuperar el 95% de los metales preciosos de sus pilas de combustible usadas.
Por todo ello, y en caso del centro de FM Logistic en Illescas, que cuenta con una instalación fotovoltaica propia para la generación in situ del hidrógeno, la tecnología de pilas de hidrógeno se posiciona como la opción elegida, siendo una apuesta pionera por el impulso de esta tecnología en el camino hacia una logística cero emisiones.