La “circularidad” permitiría a los fabricantes de automóviles y a los proveedores de movilidad aprovechar nuevas fuentes de valor más allá de los límites de sus actuales modelos de negocio, con la oportunidad de mejorar la rentabilidad en toda la cadena de valor, en un 50%, y generar unos ingresos entre 15 y 20 veces superiores al precio de venta inicial del vehículo. La mayor creación de valor se consigue a través de los modelos as-a-service, incluyendo el leasing, el car sharing y los servicios de movilidad, así como a través de la reparación y el reciclaje.
El nuevo informe de Accenture, el Foro Económico Mundial y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, «Impulsando ambiciones: el caso de la circularidad en la industria de la automoción” (Driving Ambitions: The Business Case for Circularity in the Car Industry), es la continuación del informe que las tres organizaciones publicaron el año pasado sobre la “circularidad” en la industria, que consiste en ampliar el ciclo de vida de un producto mediante la reparación, el reacondicionamiento, el reciclaje y la reutilización de materiales para reducir los residuos y minimizar la contaminación – es decir, devolver las piezas a la cadena de suministro en lugar de al vertedero-.
Si bien es posible mejorar la “circularidad” en el modelo actual, basado en que los individuos son propietarios de los vehículos que conducen, el rendimiento de la “circularidad” -tanto desde el punto de vista de los beneficios como del medio ambiente- se incrementa en los modelos as-a-service, en los que el uso de los vehículos es intenso, ya que en el modelo basado en la propiedad, los vehículos suelen estar parados la mayor parte del día. Según el informe, el cambio de las preferencias de los consumidores hacia la adopción de modelos basados en el acceso será un factor estratégico clave para lograr mayores rendimientos de la circularidad.
El informe señala otras acciones necesarias para lograr la plena “circularidad”:
- Los fabricantes de automóviles tendrán que pasar de una perspectiva centrada principalmente en la venta de vehículos a otra que tenga en cuenta el ciclo de vida completo del vehículo.
- Todos los actores de la cadena de valor tendrán que colaborar estrechamente, intercambiando datos e información.
- Los actores tendrán que transformar sus modelos operativos y desarrollar nuevas capacidades y tecnologías para gobernar, dirigir y gestionar las colaboraciones, así como optimizar el ciclo de vida de los vehículos y sus componentes.
- Las empresas tendrán que tomar decisiones estratégicas en relación con la transformación de su actividad principal, por ejemplo, mediante la co-innovación y la asociación, y ampliando su perspectiva a la cadena de valor circular completa (modelos de reciclaje, reparación o as-a-service.
«El aumento de la circularidad en la industria del automóvil requiere un importante cambio de mentalidad entre los fabricantes de automóviles y los proveedores de movilidad, lo que les obligará a colaborar más que nunca con otros actores, entre los que se incluyen los competidores«, señala Joan Cavallé, managing director de automoción y movilidad de Accenture en España, Portugal e Israel.
Además, la transformación hacia una cadena de valor totalmente circular cambia la rentabilidad y mejora la rentabilidad de los negocios existentes, e incluso algunos negocios que actualmente no lo son, llegarían a ser viables, especialmente en las áreas de arrendamiento, vehículos a la carta y servicios de movilidad. Estos modelos de negocio se beneficiarían del mantenimiento de la propiedad de los activos durante todo el ciclo de vida al incorporar todas las mejoras de costes e ingresos de la circularidad en su modelo de negocio.
Pedro Gómez, director de Shaping the Future of Mobility, miembro del Comité Ejecutivo del Foro Económico Mundial, explica que: «el momento de pasar a la economía circular en la automoción y la movilidad es ahora”