La movilidad compartida vive sus horas más bajas en Zaragoza. Atrás quedan ya los años del boom en los que los usuarios se contaban por miles y las empresas desplegaban amplias flotas por la ciudad. Actualmente, solo Bolt presta servicio en la capital. Sus cerca de 500 patinetes se han convertido en la única opción para quienes buscan moverse en un vehículo de alquiler, ya que, tras la repentina marcha de Reby, Zaragoza se ha quedado sin bicicletas ni motos compartidas.
Lo más parecido es el servicio Bizi, que ha sido prorrogado hasta octubre de 2024 a la espera de que los fondos europeos permitan acometer una renovación integral que cambiará las 1.300 bicicletas que prestan servicio en la actualidad por 2.180 eléctricas, ampliando también el número de estaciones de 130 a 218.
La relación entre estas empresas y las instituciones no ha sido fácil, ya que la mayoría han ido incumpliendo sistemáticamente los pliegos de condiciones hasta que, finalmente, han terminado marchándose. Reby, de hecho, lo hizo dejando a sus usuarios con saldo en la aplicación. El Ayuntamiento revocó primero su licencia de patinetes y, posteriormente, la de motos y bicicletas eléctricas. También le ha retenido la fianza, que se eleva a un total de 150.000 euros (50.000 por modalidad).
La propia concejala de Servicios Públicos, Natalia Chueca, confirmó en la última comisión del área que el Consistorio no devolverá la suma hasta que la empresa ajuste cuentas con sus usuarios. Existe, no obstante, un importante riesgo, ya que, si Reby no contesta, los afectados no tendrán otro remedio que recurrir a la vía civil para recuperar su dinero.
Para saber qué ocurrirá con la movilidad compartida en el futuro habrá que esperar a la próxima corporación. Sobre la mesa hay varias opciones, entre las que estarían sacar una nueva licitación o llamar a las empresas que quedaron en tercer y cuarto puesto para sondear su interés.
Desde el Ayuntamiento se descartan prohibiciones como la de París, mientras que compañías como Bolt, que también posee bicicletas de alquiler, estarían dispuestas a expandir su negocio en la ciudad, por lo que la movilidad compartida aún no habría dicho su última palabra en Zaragoza.
En el caso de los patinetes, los usuarios piden al Ayuntamiento que «redoble» los esfuerzos para que la única empresa que sigue operando en la ciudad cumpla y despliegue las 600 unidades comprometidas en los pliegos. «Más allá de que ha subido los precios, pasando de cobrar cinco céntimos por minuto a diez, y de que ha incrementado la tasa de desbloqueo hasta los 30 céntimos por minutos, debería garantizar la flota. A según qué horas es muy difícil encontrar patinetes disponibles, y los que hay o no están cerca o están descargados», critica Royo.