La compañía se compromete a alcanzar la neutralidad en CO2 para 2025 y nombra a Lewis Pugh embajador de sostenibilidad.
IFS, compañía global de aplicaciones empresariales, apuesta por el desarrollo de Tecnologías de Sostenibilidad con un Plan Estratégico Medioambiental a tres años que va a mejorar tanto sus operaciones propias, como la de sus clientes. Además, la compañía designa a Lewis Pugh, pionero en planes medioambientales a largo plazo y figura destacada en la protección de nuestros océanos, como embajador de sostenibilidad de IFS.
Este nuevo Plan pivota sobre tres pilares básicos que influyen en la propia estrategia de negocio, la de sus clientes y la industria en general, para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Precisamente la compañía, que en 2019 inició un programa para reducir las emisiones de carbono, ha conseguido reducir en un 9,5% el espacio de sus bienes globales y su flota de automóviles en un 86%, además de comprometerse a alcanzar la neutralidad de carbono en 2025.
“Con este plan plurianual, ponemos las bases medioambientales de la compañía para los próximos tres años, que quiere influir tanto en nuestro modelo de negocio, como en nuestros clientes y la industria en general, lo que aporta una visión global y sostenible de cara al futuro”, señala Juan González, Country Manager de IFS para España y Portugal.
La eficiencia energética juega un papel clave en la transición hacia una economía descarbonizada y neutra en emisiones de gases de efecto invernadero. Precisamente, en este camino, la tecnología actúa como catalizador que permite escalar rápidamente cualquier medida, para afrontar el cambio climático. De hecho, las cifras apuntan a que la adopción de nuevas tecnologías permitirá reducir las emisiones de CO2, hasta en un 15% de aquí a 2030.
Con todo ello, reducir el procesamiento y almacenamiento informático innecesario se sitúa entre las prioridades del sector y, para ello, resulta esencial contar con un soporte capaz de hacer frente al proceso de transformación digital y transición a la nube, como avalan los datos de diferentes entidades independientes.
Con la implementación de soluciones en la nube no solo ganamos un 79% en eficiencia energética, si no que el almacenamiento es un 71% más eficaz en estos entornos que si se implementan en centros de datos tradicionales.
“Con la idea de fomentar este tipo de herramientas, desde IFS hemos añadido a nuestra oferta de servicio un nuevo módulo, dentro de IFS Cloud, para la gestión de la sostenibilidad, que se ofrecerá como estándar a todos los clientes y cuyos ingresos por licencias se destinarán a causas sostenibles” señala González.
Economía circular y sostenibilidad de servicio
Ante el imperativo para las empresas de aumentar su compromiso sostenible, las organizaciones con visión de futuro ya comienzan a centrarse en adoptar una variedad de disciplinas diferentes, para respaldar sus esfuerzos, dando pie a lo que hoy conocemos como economía circular.
En línea con el Plan España Circular 2030, este tipo de modelo de producción y consumo permitirá reducir la generación de residuos un 15%, respecto de lo generado en 2010, y los residuos de alimentos en toda la cadena alimentaria, en un 50% per cápita a nivel de hogar y un 20% en las cadenas de producción y suministro, a partir de ahora.
También permitirá incrementar la reutilización y preparación de los residuos generados un 10%, y otro 10% en la mejora de la eficiencia en el uso del agua y la reducción de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.
“Para ello es fundamental tener un control sobre el ciclo de vida de los productos, identificar con autoridad un punto de obsolescencia y remitir, reciclar y reconstruir productos, reduciendo así el resultado final y manteniendo los materiales peligrosos fuera de los vertederos”, como defiende el propio Juan González.
Una de las grandes implicadas en el cambio hacia la economía circular es la industria fabricante, que genera importantes cantidades de residuos, a partir de la manipulación de materias primas. En este entorno, un reciente estudio de Schroders señala que el 55% de los inversores reconoce que la sostenibilidad ofrece mejores rendimientos y los bienes de consumo envasados de forma responsable crecen 5.6 veces más rápido que los convencionales.
“Solo en 2019 se generaron más de 2.000 millones de toneladas de desechos y, si continuamos al mismo ritmo, esa cifra aumentará a 3.400 millones en 2050, con un aumento del 70%. Por eso, la economía circular se sitúa como la alternativa clave para mejorar la seguridad de las materias primas de los productos, al final de su vida útil, y favorecer un modelo sostenible y comprometido con el medio ambiente”, concluye el propio directivo.