Representantes de los ministerios de Industria, Comercio y Turismo (MINCOTUR) y para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), así como de organizaciones como Vertex Bioenergy, la Fundación Cidaut, Novozymes y del Grupo Operativo Maíz Sostenible, entre otras instituciones y empresas, han participado en el ‘I Congreso de Biorrefino. Solución agraria e industrial’. La Asociación Española de Bioetanol (Bio-E) ha organizado esta primera edición que se ha celebrado en La Nave de Madrid y que ha congregado a alrededor de doscientos de profesionales y expertos que lo han seguido presencialmente y vía streaming.
El subdirector de Políticas Sectoriales Industriales del MINCOTUR, Alejandro Cros, ha inaugurado este congreso. “Desde el Ministerio, en los últimos años, estamos implicados en el seguimiento y desarrollo del sector del biorrefino, que creemos que tiene muchas posibilidades” ha alegado al respecto. En esta línea, Cros ha reconocido que situaciones tan complejas como la pandemia de Covid-19 o la invasión de Ucrania “nos han servido para darnos cuenta sobre la importancia de poner en valor nuestros recursos estratégicos industriales”. Así, ha mencionado algunos de los diversos planes de ayudas enfocados en el mantenimiento del sector agrario y del desarrollo industrial rural, tales como el Fondo de innovación europeo, el Fondo de apoyo a la industria productiva, las Líneas de ayuda a la inversión industrial y productiva, o el Perte para la descarbonización industrial, entre otros.
Antonio José Vallespir, presidente de Bio-E y CEO de Vertex Bioenergy, ha intervenido a continuación introduciendo la mesa institucional. En esta primera mesa han participado representantes del MINCOTUR, del MITECO, del CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas) y de la Universidad de Sevilla en representación del Grupo Operativo MaízSostenible.
Los grandes desconocidos
“Nos encontramos en un momento muy importante. En la Comisión Europea se está debatiendo la revisión de la Directiva de Energías Renovables II, también se está estudiando a nivel europeo la nueva fiscalidad a los combustibles…” ha señalado Vallespir. En este contexto, ha advertido que el bioetanol y el biorrefino siguen siendo “grandes desconocidos”, pese a su potencial para garantizar la “independencia energética y la seguridad alimentaria”.
Ventajas del bioetanol como biocarburante
Entre las ventajas que presentaría el biorrefino y el bioetanol como biocarburante, Vallespir, se ha referido a la mejora inmediata de las emisiones de gases efecto invernadero en el transporte, al estímulo del crecimiento económico y el desarrollo rural sostenible y a la reducción muy significativa de otras sustancias contaminantes. Asimismo, ha explicado que el bioetanol no requiere que se realicen cambios en las infraestructuras de suministro de combustible ni en los propios vehículos, al mismo tiempo que su producción en las actuales biorrefinerías aporta al mismos tiempo fuente de proteína para el sector agroganadero, y por lo tanto un incremento de la seguridad energética, alimentaria y la mejora de la balanza comercial.
En esta primera mesa, también se ha presentado el Grupo Operativo Maíz Sostenible, un proyecto que tiene como fin “impulsar la sostenibilidad y la rentabilidad del cultivo del maíz en España”, según ha explicado Manuel Pérez-Ruiz, doctor y profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de la Universidad de Sevilla. Entre los resultados que espera alcanzar este grupo, destacan las mejoras productivas, económicas y de sostenibilidad ambiental (reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero) del sector del maíz, mediante la aplicación de nuevas tecnologías, agricultura de precisión y la digitalización en la producción primaria del maíz. Maíz Sostenible cuenta con una ayuda de 532.579,64 euros, cofinanciados por la Unión Europea en un 80% a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).
Independencia energética y desarrollo rural
A continuación, el director de Bio-E, José Ramón Freire, ha introducido la mesa sectorial del Congreso de Biorrefino, formada por representantes de la Asociación Europea de Etanol Renovable (ePURE), Cooperativas Agroalimentarias España (CCAE), la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) y la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (CESFAC).
Freire ha manifestado que la biorrefinería es una “solución estratégica y parte de la oferta de energía renovable”, ya que “la transición del refino al biorrefino se enmarca dentro de las estrategias de economía circular y descarbonización, pudiendo proveer a España de energía renovable, proteína autóctona y biomateriales”. Además, ha añadido que “al ser una industria que se localiza en el entorno rural y que se apoya en materias primas agrícolas, contribuye a dinamizar las economías rurales y a evitar la despoblación”.
La situación actual del sector
David Carpintero, secretario general de ePure ha explicado que las biorrefinerías europeas son el mayor productor de proteína vegetal para la alimentación animal en Europa. Sin embargo, ha manifestado que la ausencia de una fiscalidad suficientemente ambiciosa y los topes a los impuestos al consumo de bioetanol limitan las inversiones en un sector que podría contribuir de forma inmediata a la descarbonización.
Por su parte, Nacho Rabadán, director general de CEEES, ha destacado que en España el 70% de las estaciones de servicio están gestionadas por pymes que tienen la voluntad de suministrar E10 y E85, como en Francia, pero los problemas fiscales en España y los intereses del sector de refino tradicional han limitado hasta el momento esa posibilidad. Además, ha indicado que migrar de la gasolina E5 actual a la E10 equivale a sacar más de 500.000 coches de la carretera.
A continuación, el director de Sostenibilidad, Calidad e Innovación de CCAE, Juan Sagarna, ha admitido que existen más de 8 millones de toneladas de residuos que, a través del biorrefino, se podrían transformar y valorizar en combustible y bioproductos. En este sentido, ha explicado que CCAE puede ayudar al biorrefino en lo concerniente a la búsqueda de variedades vegetales adaptadas, a la logística y a la transformación. En representación de CESFAC, su director general, Jorge de Saja, ha considerado que, a pesar del alto valor que ya tiene para la industria de la alimentación animal la proteína proveniente del biorrefino, aún existe mucho margen de mejora para aplicarla de forma más eficiente.
Finalmente, ha tenido lugar la mesa empresarial, presentada y moderada por Alfonso Horrillo, responsable del Departamento de Energía y Medioambiente de la Fundación Cidaut, y formada por representantes del Grupo de Investigación Fisioquímica de Procesos Industriales y Medioambientales de la Universidad Complutense de Madrid, Novozymes, Flexfuel, Tata Genaro y Dropet Intertrading.
Nuevos biocombustibles y biorrefinerías de última generación
Horrillo, ha presentado la Fundación Cidaut como “centro tecnológico que vuelca sus desarrollos en los sectores del transporte y la energía”. “Llevamos más de 20 años trabajando en el desarrollo de tecnologías de aprovechamiento energético de la biomasa” ha añadido, ya que “consideramos que la mayor parte del uso energético de la biomasa del futuro estará orientada a la producción de combustibles de calidad para su uso en transporte e industria, especialmente en aquellas áreas que son difícilmente descarbonizables (aviación, naval, cerámico, vidrio y otros).
Así, los nuevos procesos resultantes de la integración de procesos biológicos y termoquímicos, aplicados a la biomasa, permitirán disponer de bio-H2, bio-querosenos y otros nuevos combustibles a partir de los actuales. En este sentido, Horrillo ha declarado que “consideramos que los bio-combustibles y los e-combustibles se complementan de forma muy eficiente y beneficiosa desde el punto de vista técnico y económico”.
Con respecto a las biorrefinerías de última generación, el director de Bioenergía de Novozymes, Jaime Jiménez, ha afirmado que “producirán beneficios múltiples a una sociedad sostenible”. Según sus palabras, actualmente estas biorrefinerías son importantes actores en la transición energética y lo seguirán siendo en los próximos años, “contribuyendo a la reducción de la huella de carbono a un costo eficiente”. Además, ha señalado que, a la par, contribuirán a desarrollar los productos de alta concentración de proteína que tan necesarios son, especialmente, en una Europa deficitaria.
“Las biorrefinerías para la producción de bioetanol de segunda generación (materiales lignocelulósicos) están llegando a escala industrial, pero son inversiones altamente complejas que requieren de apoyo para su desarrollo y seguridad legislativa” ha admitido Jiménez, añadiendo que “las biorrefinerías se están diversificando para producir múltiples productos necesarios para la sociedad de manera sostenible”.