España y otros 22 Estados miembro de la UE se han comprometido este lunes en Bruselas a explorar todas las oportunidades de financiación disponibles, incluida la relajación de requisitos para acceder a ayudas estatales acorde al Marco Temporal de Crisis para apoyar nuevas inversiones en la cadena de suministro de energía solar y hacer frente a otros competidores internacionales como Estados Unidos o China.
Así se lo señala el documento denominado ‘Carta Solar Europea’ que han firmado este lunes los representantes de estos 21 Estados miembro en el marco de la reunión informal de ministros de Energía que se ha celebrado en la capital belga. Los únicos países de la UE que no han suscrito este acuerdo han sido Chipre, Irlanda, Malta y Suecia. También han firmado este compromiso la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, en nombre de la Comisión Europea, y representantes de la industria, en concreto, de las compañías EIT Innoenergy, European Solar Manufacturing Council, Solar Power Europe, Amarenco, Belga Solar, Carbon Solar, Enel, Engie, IBC Solar, MCPV, SMA y Solarwatt.
El texto reconoce que la mayor parte de la demanda de módulos solares en Europa se cubre con importaciones de un único proveedor, China, una concentración que crea «riesgos» a corto plazo para la resistencia de la cadena de valor y riesgos a largo plazo para la estabilidad de los precios de los paneles solares debido a la dependencia de proveedores de fuera de Europa.
Por tanto, señala que el acceso a módulos solares asequibles procedentes de diversas fuentes, así como una cadena de valor solar europea resistente, sostenible y competitiva son necesarios para lograr una tasa de despliegue en línea con objetivos como el de alcanzar al menos un 42,5% de energías renovables para 2030, al tiempo que se mejora la seguridad del suministro y se mitiga el riesgo de interrupciones.
Sin embargo, la carta admite que los fabricantes europeos de módulos solares se han enfrentado recientemente a un reto particular debido a la combinación de la dependencia de las importaciones y la fuerte caída de los precios de los paneles importados.
«Esta situación insostenible debilita la viabilidad de la producción europea existente y pone en peligro las inversiones previstas para nuevas plantas de fabricación anunciadas en los dos últimos años. Como consecuencia, algunas empresas europeas han reducido sus operaciones, han anunciado que darían prioridad a la producción en otros mercados internacionales, en particular Estados Unidos, o incluso han anunciado su cierre», apunta el documento.
Para hacer frente a esta situación, los Estados miembro firmantes se han comprometido a promover un suministro resistente de productos fotovoltaicos solares sostenibles de alta calidad en Europa, a través de la creación de condiciones marco favorables para las instalaciones de fabricación de productos fotovoltaicos y para inversiones adicionales.