Con los actuales precios de los combustibles, las empresas de transporte de viajero se verán forzadas a abandonar servicios o subir precios.
- Ambas opciones elevarían la dependencia energética de España al forzar a usar más el vehículo privado.
- Una reducción generalizada de impuestos sobre la energía sería socialmente injusta y estimularía un aumento del consumo de combustibles, lo cual los volvería a encarecer.
- Otros países europeos usan, por ley, parte de los impuestos generados por el coche privado para mejorar infraestructuras y servicios del transporte público.
Ante la actual crisis de los precios de los combustibles, las asociaciones y federaciones de empresas y gestores de transporte público, Federación Independiente de Transportistas de Andalucía (FEDINTRA), Alianza por la Movilidad Sostenible y la Innovación Rural (AMSIR.org), Asociación Regional del Transporte Escolar de Extremadura (ARTEX) y Asociación Provincial del Transporte de Málaga (APETAM) exigen al gobierno español y a las demás administraciones competentes evitar el colapso de operadores y garantizar la continuidad del transporte público con las siguientes medidas urgentes:
1. Reducción inmediata de los impuestos sobre los combustibles y la energía, selectiva para empresas y profesionales del transporte. Bajar estos impuestos a todos los usuarios, tendría el efecto contrario al deseado:
- Se estimularía un mayor consumo de combustibles, generando nuevas presiones inflacionistas.
- Disminuiría la recaudación fiscal, estrechando el margen financiero de las administraciones para mitigar el impacto de la crisis.
- Sería socialmente injusto: los ciudadanos sin coche subvencionarían indirectamente a los propietarios de vehículos privados.
2. Reducir el consumo energético mediante un nuevo modelo fiscal y de financiación del transporte público, especialmente en las zonas rurales, que haga innecesario el uso de vehículos privados: seguir el ejemplo de otros países de usar parte de los impuestos sobre vehículos privados, combustibles y peajes para construir un sistema de transporte público sólido, alternativa real al coche particular en todo el territorio.
3. Impulsar nuevos modelos de transporte colectivo, como el Transporte a la Demanda (TAD), que las nuevas tecnologías están haciendo posibles: como complemento del transporte regular, el TAD gestionado digitalmente, reduce el consumo al eliminar expediciones innecesarias, optimizar recorridos optimizados y permitir crear alternativas atractivas al coche privado, incluso en zonas no metropolitanas.
Las asociaciones y federaciones de empresas y gestores de transporte público que firman este documento solicitamos acciones urgentes en este sentido y nos ponemos a disposición del Gobierno de España y las administraciones competentes para explicar nuestra propuesta de manera detallada.