El proyecto eCityMálaga aspira a convertir a Málaga TechPark en el primer espacio urbano sostenible con un modelo de ciudad circular del futuro eficiente, 100 % renovable y digital.
Dice Rafael Sánchez que nos enfrentamos a “grandes retos de transformación en nuestro sector. Estamos cerrando el carbón, estamos poniendo renovables, cambiando las redes, pero, desde la utilities no podemos resolver todo si las ciudades no se transforman. Endesa puede tener ya en Andalucía entre un 85 y un 90 % de su energía libre de emisiones, pero tras resolver la cuestión de la descarbonización hay que seguir con los sectores difusos, que así se llaman en la terminología de cambio climático, como la edificación y el transporte”.
La iniciativa, puesta en marcha por Málaga TechPark, el Ayuntamiento de Málaga y Endesa, convertirá al parque en un ejemplo de ciudad ecoeficiente, haciendo un mejor uso de los recursos; renovable, mediante sistemas de autoconsumo, aparcamientos con energía solar y redes eléctricas inteligentes que posibiliten un uso local y compartido; innovadora respecto al modelo actual, en el diseño y aplicación de soluciones para la reducción, reutilización y el reciclaje de los materiales; y digital, mediante plataformas colaborativas que mejoren el modelo basado en el uso versus la propiedad y, en general, en el bienestar de las personas.
CityMotion.- Lidera desde ENDESA el proyecto #eCityMálaga. Hábleme sobre él.
Rafael Sánchez.- El proyecto Smart City nació en el año 2009 en Málaga. El proyecto ha situado a Málaga en la órbita de las ciudades inteligentes, logrando captar la atención internacional, y a remolque de esta primera iniciativa han surgido como una docena de proyectos más.
Al principio podía parecer un proyecto tecnológico, de redes, pero se fue orientando a una zona de ciudad, más metida en el ámbito residencial que en el empresarial, y así llego la nueva versión de #eCityMálaga. En este contexto fueron apareciendo diferentes propuestas a partir del efecto tractor que tuvo esa llamada. La filosofía sigue siendo la misma, es decir, un entorno colaborativo en donde una empresa tractora, como puede ser la propia Endesa, inicia el deseo de cambio, de transformación o de prueba, de una serie de tecnologías que están en la fase embrionaria, de innovación.
Al final se adhieren muchas otras entidades que acaban acompañándonos, normalmente de menor tamaño, aunque en algunos proyectos llegaron hasta japoneses como Mitsubishi, Nedo o el proyecto Zem2All del que tanto habla el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.
Este alcalde tiene la habilidad y la inteligencia de saber que tiene que apostar por lo nuevo, que puede ser disruptivo, y aunque lo conozca en una primera versión sabe entender qué va a ser bueno para la ciudad y para su desarrollo. Hoy por hoy Málaga, que pudiera a ver sido una ciudad más orientada al turismo al contar con costa, no ha perdido el tren de la innovación. El mismo alcalde lo dice, que estamos recogiendo los frutos de todo el trabajo hecho en la década previa, sobre todo porque está provocando un efecto llamada internacional muy sólido. Grandes compañías europeas e incluso americanas están apostando por traer sus centros de decisión al ámbito de Málaga por su enorme atractivo.
Francisco de la Torre le ha dado continuidad a toda esta transformación. Un perfil como el suyo, al que se respeta muchísimo, es el elemento que más estabilidad puede aportar a una entidad privada como la nuestra, porque, aunque seamos solventes, necesitamos encontrarnos con la parte pública, y en esto siempre pone todo lo que está en sus manos para acoger un buen proyecto.
CityMotion.- Esto refuerza que para este tipo de proyectos la colaboración público-privada es esencial.
Rafael Sánchez. – Completamente. Algunos le dan la vuelta y le dicen colaboración privada-pública porque entienden que, aunque las administraciones tienen que facilitar que se produzcan las cosas, proporcionando permisos, poniendo a disposición todos los recursos de los que puede disponer una entidad pública, es muy posible que no puedan dedicar tanto presupuesto como quisieran para poner en marcha proyectos porque, sobre todo en la fase de innovación, están carentes de rentabilidad inmediata, y suelen ser procesos de muy larga duración en los que hay que tener mucha paciencia con las inversiones. Pero esta colaboración es básica.
El proyecto Smart City nos enseñó que una empresa sola puede hacer con mucha libertad de movimientos todo lo que está en su ámbito y en su alcance económico pero que, en la medida que hace proyectos ecosistémicos y colaborativos, va a ser mucho mejor conseguir que se adhieran muchos más elementos en ese puzle. Y es que no hay que desmerecer a una empresa por su tamaño, sino elevarla por su conocimiento.
El que una empresa sea grande no implica que esté en posesión de todos los elementos necesarios para construir ese puzle. La solución perfecta es la combinación de empresas que se adhieren al ecosistema a las que se ha de sumar la parte pública.
En la nueva versión de #eCityMálaga se está aplicando toda la innovación adquirida en la década previa y lo que buscamos son socios que permitan hacer una implementación rápida. Por eso hemos decidido tomar un parque científico-tecnológico en vez de un barrio en el que sería más difícil, al tener que manejar miles de voluntades. Trabajar con instituciones, desde el punto de vista económico y de propuestas, hace que el trabajo sea más sencillo al no tener que movilizar muchísimos recursos.
Lo que pretendemos con el #eCityMálaga es que sea un proyecto público-privado con apertura inmediata a las entidades adheridas donde se va a desarrollar ese proyecto. En este caso, estamos hablando del Málaga TechPark. Es un parque científico tecnológico muy atractivo en la parte de IT de las tecnologías de la información. El ecosistema está formado por un grupo de empresas colaboradoras que todas las semanas nos encontramos para ver qué está haciendo cada una y encontrar esa fórmula ecosistémica de la que hablaba. Se acaba de lanzar la fundación Innova IRV, en la que formamos parte del patronato, que viene a ser un ejemplo de esa colaboración porque se trata de una fundación privada, pero con participación pública.
El proyecto #eCityMálaga centrado en Málaga TechPark lo que pretende es anticipar los objetivos de sostenibilidad de todas las ciudades que están siempre puestos en metas muy a largo plazo, 2050 y más. Al contar con ese ecosistema lo que queremos es acortar ese espacio de tiempo y nos hemos marcado como meta el año 2027. Sería muy interesante porque también existen muchas posibilidades de acoger una Exposición Universal en Málaga en ese año. Al tratar de la ciudad y la sostenibilidad sería el mejor expositor para demostrar que se puede llegar a un área tan significada de la ciudad al tener ya implementado el modelo de sostenibilidad de la #eCity.
CityMotion.- ¿Es este proyecto fruto del SmartCity Living Lab que pusieron en marcha hace ya unos años? ¿Qué otros proyectos han nacido en su seno?
Rafael Sánchez. – Esto es una carrera de relevos. Realmente el Living Lab fue posterior. El Smart City era un proyecto de innovación en redes eléctricas que contenía una base en donde se podía construir mucho proyecto innovador que fue llamando y despertando proyectos de almacenamiento y eficiencia energética.
El Living Lab sigue estando vivo y es una referencia europea. Es, como si dijéramos, un laboratorio urbano que cuenta con todo el equipamiento que se ha ido generando en cada proyecto y su objetivo fundamental continúa siendo la innovación. Como ejemplo, acabamos de abrir un laboratorio de realidad aumentada en el polo de contenidos digitales, en el mundo de los videojuegos, esto que llaman el multiverso o metaverso, que no deja de ser una realidad aumentada.
Hemos abierto una oficina en Tabacalera desde la que visualizamos nuestras instalaciones. Con unas gafas oculus, que se utilizan para los videojuegos, nosotros podemos estar operando en una instalación física desde el punto de vista virtual. Nos hemos ido a buscar en el mundo de los videojuegos porque era la mejor forma de visualizar las instalaciones, aunque tenga un carácter industrial, como las nuestras.
El antecesor del #eCityMálaga fue el de Sevilla, que creamos junto con la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla y el Parque Científico y Tecnológico Cartuja y en cada uno de los nuevos proyectos concentramos todo el aprendizaje de los proyectos anteriores.
Nuestra aspiración sería tener un #eCity en cada provincia y que cada una tuviera un protagonismo propio porque, como al final lo que hacemos es adaptar la tecnología a la realidad, no tienen que ser idénticos. En Sevilla el reto es demostrar que una isla, como es la isla de la Cartuja, puede ser autoabastecida mediante el sol con almacenamiento. Tiene un alcance diferente a lo que se quiere probar en Málaga, en donde se trata de un proyecto de economía circular, otra variante. Si habláramos de una sinfonía, puede que las notas musicales fueran las mismas en muchos casos, como las renovables, las redes inteligentes, la capa de sensibilización…, pero la forma de interpretar la partitura implica que, en Málaga, al no ser una isla, no tiene sentido hacer los sistemas eléctricos aislados.
Queremos que el modelo de Málaga se base en la reutilización de los diferentes activos, por eso es circular, empezando por la energía, que es el primer activo que se puede reutilizar. ¿Cómo? Lo primero, obviamente, siendo renovable; lo segundo, compartiéndola. Se ofrecerá a comunidades eléctricas locales donde, además, la propiedad del activo no tiene por qué estar siempre en manos del usuario. Puede haber comunidades que sean propietarias de los diferentes elementos con plataformas que permitan compartirlos. Son planteamiento que, siendo complementarios, lo que tratan es de interpretar en cada momento cuál es la necesidad y cuál la solución más avanzada.
Nuestro principal reto hoy es conseguir que el Parque Tecnológico sea neutral en carbono, libre de emisiones, en 2027. Esto implica a pasar a otra movilidad mucho más liviana, menos dependiente de los vehículos de combustión, y compartida en la plataforma. Tiene que alcanzar la sostenibilidad en todos los aspectos, incluido el agua. En el Parque existe un enorme reto en relación con el agua no solo en cuanto al abastecimiento de las empresas sino también en el propio riego, que estará manejado por plataformas de visión de economía circular.
CityMotion.- TechPark para Málaga y la Isla de la Cartuja para Sevilla, son los núcleos, pero ¿la experiencia se va a quedar ahí o saldrá hacia otros entornos?
Rafael Sánchez. – Esto es el inicio. Tenemos que pasar del demostrador que hemos tenido siempre al mercado, al mundo real porque esto ya no va de TRL, bajas y momentos de innovación. Vamos a concentrar todos los esfuerzos, tanto los de Endesa como de todo el sistema, para que las dos partes de la ciudad se transformen. El objetivo es que este aprendizaje se extrapole a la propia ciudad con un efecto expansión. Hemos empezado por la parte empresarial que es más amable de gestionar, pero la aspiración es el resto de Málaga y el resto de Sevilla le sigan. Tenemos que extender la experiencia al mundo real porque pensamos que se habla mucho de ciudades sostenibles, pero se hace poco.
Nos enfrentamos a grandes retos de transformación en nuestro sector. Estamos cerrando el carbón, estamos poniendo renovables, cambiando las redes, pero, desde la utilities no podemos resolver todo si las ciudades no se transforman. Endesa puede tener ya en Andalucía entre un 85 y un 90 % de su energía libre de emisiones, pero tras resolver la cuestión de la descarbonización hay que seguir con los sectores difusos, que así se llaman en la terminología de cambio climático, como la edificación y el transporte, por ejemplo. Y como la edificación y el transporte se dan en el ámbito urbano es ahí donde tenemos que ponernos a trabajar para resolver los retos que tienen las ciudades. Como sabemos que es difícil que un Ayuntamiento o una entidad privada lo puedan llevar a cabo en solitario, o que lo aborde el ciudadano por sí mismo y de forma espontánea, lo que hacemos es concentrar todos nuestros esfuerzos en una parte de la ciudad, y desarrollamos los #City con la intención de que provoquen un efecto propagación. Por eso creemos que tiene que haber un #eCity en cada una de las provincias de Andalucía, pero tenemos que encontrar el emplazamiento y determinar el reto que tenemos que resolver.
CityMotion. – ¿Qué necesita un proyecto como el #eCity de Málaga en una ciudad que ya cuenta con un amplio desarrollo digital?
Rafael Sánchez. – Ya he comentado que se trata de comunidades de recursos compartidos así que lo primero que necesitamos es una plataforma tecnológica que, aunque no esté aplicada a todo el ámbito de la ciudad, lo esté en una parte, como es el #eCityMálaga. Esta plataforma lo que permite es automatizar los procesos y para ello debe tener un lenguaje común que permita volcar datos en abierto sin que pertenezca a una sola empresa, como puede ser un canal tipo FireWire.
Parecido a lo que solicitábamos para los vehículos eléctricos, que pedíamos que fuese el conector mennekes para toda Europa, necesitamos que la ciudad hable la norma AENOR CTN178, de forma que cada que una farola, un vehículo o una aplicación vayan a ese entorno de datos en abierto utilicen el mismo lenguaje. Llevamos dos elementos firmware en la norma CTN 178 de Ciudades Inteligentes impulsadas por la Secretaría de Estado de Comunicaciones que ha tenido un papel muy relevante para su desarrollo en España. Le pedimos a Innova IRV que hiciera todo el mantenimiento del open data platform.
El data lake tiene que estar gestionado por una plataforma de este tipo. En un modelo abierto, renovable y distribuido va a ser muy importante conocer la previsión del tiempo, por ejemplo. Saber si al día siguiente vas a tener nubes o el sol va a estar presente todas las horas previstas porque, en la medida que toda esa información sea compartida, los edificios podrán cambiar su funcionamiento. Yo les digo a las TIC que una cosa es mover el electrón, que eso las eléctricas sabemos hacerlo, y otra es mover el dato que hable con el electrón. Lo que nosotros visualizamos como la plataforma #eCity, si se desarrolla en el ecosistema de Málaga, se va a aprovechar en Sevilla y en cualquiera de los proyectos que se lleven adelante en el futuro. Cuando buscamos ideas tan revolucionarias como Innova IRV, donde tenemos a entidades muy importantes en el ámbito de las TIC, es evidente que tenemos una gran oportunidad para ir creando servicios de valor que sean exportables.
El proyecto ha situado a Málaga en la órbita de las ciudades inteligentes, logrando captar la atención internacional.
Grandes compañías europeas e incluso americanas están apostando por traer sus centros de decisión al ámbito de Málaga por su enorme atractivo.
Nuestra aspiración sería tener un #eCity en cada provincia y que cada una tuviera un protagonismo propio.
Nuestro principal reto hoy es conseguir que el Parque Tecnológico sea neutral en carbono, libre de emisiones, en 2027.
Tenemos que extender la experiencia al mundo real porque pensamos que se habla mucho de ciudades sostenibles, pero se hace poco.