Sáb. Oct 12th, 2024

Según el INEalrededor del 95 % de los menores de entre 10 a 15 años ha utilizado el ordenador o la tableta en los últimos tres meses (datos de 2021). En torno a un 70 % dispone de móvil. Entre los 16 y los 24 años, según Statista, utilizaban algún tipo de red social en 2020. El primer pico del trastorno dismórfico corporal (o TDC) aparece antes de la mayoría de edad, a los 16,4 años, según se desprende del estudio sobre TDC elaborado por la Universidad Católica de Chile. Son cifras que componen la realidad actual: las redes sociales, tal como apuntan los expertos, aumentan y agravan los casos de TDC.

Este trastorno, descrito por primera vez a finales del siglo xix y conocido entonces como dismorfofobia, es una percepción distorsionada de la imagen que se tiene de uno mismo. Las personas que lo padecen (en torno al 2 % de la población, con ligera prevalencia de hombres sobre mujeres) ven o creen ver defectos en su físico que les hace desarrollar comportamientos obsesivo-compulsivos.

Pero en los últimos años los expertos advierten de que las redes sociales (en especial las más visuales, como TikTok o Instagram) han agudizado este problema. El Boston Medical Center habla de un nuevo fenómeno conocido como dismorfia del selfi para referirse a un nuevo tipo de pacientes que están acudiendo cada vez más a las consultas de los cirujanos plásticos. Su petición: parecerse a las fotos que publican de sí mismos en redes sociales después de filtros varios.

«Las redes sociales, junto con la publicidad, son los medios que más favorecen la exposición pública de cuerpos y la categorización de estos. Y funciona bien esta categorización porque de alguna manera hemos sido sus consumidores pasivos y la hemos llegado a normalizar», explica Mireia Cabero Jounou, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En las redes sociales se publican «nuestras mejores fotos en nuestros mejores momentos y mejores posiciones», añade, «lo que hace que tomemos una dimensión diferente de nuestros cuerpos».

Así afecta a hombres y mujeres

Según el estudio Core Clinical Features of Body Dysmorphic Disorderde la Universidad de Oxford, las áreas que más preocupan a mujeres afectadas por el TDC suelen ser nariz, muslos, caderas y piel; en los hombres, cabello (alopecia), músculos y genitales. Asimismo, las asimetrías presentadas en ojos y fosas nasales se convierten en una obsesión para estos pacientes, que suelen estar infradiagnosticados y terminan pasando por quirófano cuando lo que necesitan es terapia psicológica. «Este es el riesgo: que la operación se entiende como un medio para la resolución del problema cuando el problema es psicológico«, indica Cabero.

Los resultados de la operación suelen agrandar la frustración en lugar de eliminarla. Quienes padecen TDC suelen presentar estos síntomas:

Conductas de camuflaje que alteran su día a día, con maquillaje o adoptando ángulos o posturas que les favorecen.

  • Comparación con uno mismo y con los demás
  • Verificación (se miran compulsivamente al espejo)
  • Aseo e higiene excesivos
  • Pellizcarse la piel
  • Inseguridad
  • Baja autoestima
  • Conductas evitativas (cancelar citas, por ejemplo, para no ser juzgados)

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Por Luis Fernando Prieto

Periodista especializado en empresas y movilidad.

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