Sáb. Oct 5th, 2024

CIUDADES

PARÍS quiere eliminar un 40% de su asfalto en su lucha contra el cambio climático

Reinventando París. De ciudad radiador a ciudad oasis

La salud de la población preocupa y preocupa el cambio climático. Las temperaturas del planeta suben y en esa masa de cemento, edificios y vehículos que es una ciudad, las cosas son mucho peor hoy. Las ciudades se encuentran en una carrera contra el tiempo para adaptarse a un clima cada vez más extremo. Se lucha para eliminar vehículos, para generar más zonas verdes, para mejorar el aire que respiramos.

París es una de las ciudades más visitadas del mundo y ha decidido combatir el cambio climático, en mi opinión, reinventándose. París implementará medidas que la convertirán en algo distinto a lo que es hoy, tanto en la gestión de la ciudad, como en su diseño. Creo que el nuevo París quiere, entre otras cosas, podría recuperar las aguas del Sena y convertirse en una ciudad oasis.

El objetivo es transformar a París de ser una «ciudad radiador» en una «ciudad oasis», donde las temperaturas sean más soportables incluso durante las olas de calor. Para ello buscan plantar árboles, adaptar edificios y reducir el 40% del uso de cemento, entre otras cuestiones.

En un mundo donde el cambio climático se ha convertido en una amenaza inminente, las ciudades alrededor del mundo se encuentran en una carrera contra el tiempo para adaptarse a un clima cada vez más extremo. París, la Ciudad de la Luz, se enfrenta a un desafío monumental mientras se prepara para afrontar picos de calor que podrían alcanzar los 50 grados Celsius en un futuro no muy lejano.

Para abordar esta crisis climática, la capital francesa está replanteando su arquitectura urbana y llevando a cabo una ambiciosa estrategia que incluye la eliminación del 40% de su asfalto, un tópico para nada sencillo considerando la adicción de los proyectos arquitectónicos por el concreto por su bajo costo y su maleabilidad.

Sin embargo, la conciencia sobre la necesidad de ciudades más «verdes» y sostenibles se ha convertido en una prioridad en todo el mundo. La urbanización descontrolada y la expansión de superficies pavimentadas han contribuido significativamente al aumento de las temperaturas urbanas, creando lo que se conoce como «islas de calor” urbano.

Estas áreas se caracterizan por temperaturas significativamente más altas que las zonas circundantes debido a la absorción y retención de calor por parte de superficies como el asfalto y los tejados oscuros.

ESTRATEGIA PARISINA FRENTE AL MAYOR CALOR

París, como muchas ciudades densamente pobladas y altamente urbanizadas, está tomando medidas audaces para combatir este problema derivado del calentamiento global. Dan Lert, concejal de Transición Ecológica de París, advierte sobre la inminente llegada de olas de calor extremas que transformarán el clima parisino en algo similar al de ciudades como Sevilla, en el sur de España. El cambio climático es un desafío urgente, y la canícula extrema es el «desafío número uno» de la ciudad, según Lert.

La estrategia de París para hacer frente a este desafío incluye una serie de iniciativas audaces. Entre ellas se encuentra la plantación de 170.000 árboles para 2026, la transformación de plazas de estacionamiento en zonas verdes para 2030 y la eliminación del 40% del asfalto. El objetivo es transformar a París de ser una «ciudad radiador» en una «ciudad oasis», donde las temperaturas sean más soportables incluso durante las olas de calor.

La arquitectura de la ciudad también está en el punto de mira de estas reformas. Los edificios parisinos, en su mayoría construidos en épocas anteriores, no están preparados para las altas temperaturas. La falta de aislamiento adecuado se ha convertido en un problema significativo.

Para abordar este desafío, se considera necesario adaptar los edificios, incluso aquellos con tejados icónicos de zinc que son parte integral del patrimonio parisino. La “vegetalización” y el uso de colores claros en tejados y fachadas se han convertido en estrategias para reducir el calor absorbido por los edificios.

Además de las transformaciones físicas, París planea modificar su ritmo de vida para aprovechar las horas más frescas del día. Los parques se volverán accesibles por la noche, y se proporcionará refugio a las personas sin hogar contra el calor, al igual que se hace contra el frío en invierno. La ciudad también implementará más fuentes, parasoles y pulverizadores de agua para ayudar a mantener a sus habitantes frescos durante los veranos abrasadores.

La visión de un París más habitable y sostenible está en marcha, y se espera que los Juegos Olímpicos de 2024 dejen un legado significativo en la forma de materializar la promesa de poder bañarse en el río Sena. Aunque este desafío no está exento de obstáculos, como la conservación del patrimonio, París está decidida a enfrentarlos para asegurarse de que su futuro sea más fresco y sostenible.

En un mundo donde las ciudades deben adaptarse rápidamente al cambio climático, París está liderando el camino hacia un futuro más verde y habitable. La eliminación del asfalto y la transformación urbana son pasos audaces pero necesarios para enfrentar los desafíos del clima extremo. París está demostrando que las ciudades pueden evolucionar y adaptarse para prosperar en un mundo en constante cambio.