Las cifras de víctimas de incendios en edificios en España son alarmantes. El invierno pasado se batieron récords en cuanto al número de muertes por esta causa. Los peores datos se registraron en el mes de enero con 40 fallecidos, dentro del balance total de 100 muertes entre los meses de noviembre y febrero. Enero de 2022 fue así el peor mes desde 2010 en lo que a cifras totales de víctimas mortales se refiere. Y no hay que olvidar que la mayoría de estos siniestros se producen en viviendas.
La Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (AFELMA) señala que nuestro parque edificado puede y debe ser mejorado para conseguir una mejor y más adecuada protección pasiva contra incendios. De hecho, AFELMA hace un llamamiento a las Administraciones Públicas para que tomen medidas para asegurarse de que los fondos europeos se utilicen también para hacer mejoras en este capítulo, tratándose probablemente de la mayor oportunidad de este siglo para mejorar la seguridad de nuestros edificios a la vez que se aumenta su eficiencia energética.
La protección pasiva hace referencia a aquellas medidas que cumplen la función de prevenir la aparición de un incendio, impedir o retrasar su propagación o la generación de humos, y facilitar por último su extinción, sin necesidad de intervención humana o de un aporte de energía externa. Un ejemplo es la protección de la estructura, el sellado de penetraciones, las juntas y barreras cortafuego o las soluciones de sectorización de incendios. Su existencia es fundamental para evitar pérdidas humanas y materiales, facilitando la evacuación de las personas, así como la intervención de los servicios de emergencia. Se deben tener en cuenta estos factores tanto en obra nueva como a la hora de rehabilitar los edificios.
AFELMA señala que la sociedad tiene la necesidad de estar preparada para evitar los incendios en los edificios, ya sean residenciales o terciarios (naves, centros logísticos, oficinas, centros educativos y sanitarios, centros comerciales…), y destaca que una de las medidas más importantes en cuanto a seguridad pasiva es la instalación de los materiales aislantes apropiados.
Los aislantes presentan características muy diversas frente al fuego, tanto por su reacción ante las llamas, como por las emisiones de humos y la formación de gotas al arder. Por este motivo, AFELMA quiere concienciar a las administraciones públicas y a todos los agentes implicados (promotores, proyectistas, aseguradores, etc.) de la necesidad de utilizar materiales incombustibles en la envolvente de los edificios, y pide la revisión de la reglamentación existente sobre seguridad pasiva contra incendios en edificios.
La necesidad de mejorar el CTE
En concreto, AFELMA pide la mejora del Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio (DB-SI) del Código Técnico de Edificación (CTE), una regulación que la asociación considera poco exigente e insuficiente en comparación con otras reglamentaciones europeas en materia de protección contra incendios.
El citado Código, en opinión de AFELMA, debería ser especialmente riguroso en la regulación de los materiales aislantes dada su presencia en múltiples soluciones constructivas. Para evitar las consecuencias devastadoras que puede tener un incendio, es fundamental que la legislación incentive aquellas soluciones que, al mismo tiempo que mejoran el aislamiento térmico y el confort acústico, no contribuyan a propagar el fuego, como es el caso de las lanas minerales, que por su naturaleza inorgánica son materiales incombustibles.
La velocidad a la que se propaga un incendio está ligada a la cantidad de material combustible presente en el edificio y a su grado de combustibilidad. En general, todos los materiales empleados en la construcción de un edificio son relevantes, pero en el caso de los aislantes esta importancia es aún mayor al estar presentes en gran número de aplicaciones (fachadas, cubiertas, tabiques, medianeras, etc.) con grandes espesores que dotan al edificio de mayor eficiencia energética, ocupando estas superficies en su totalidad y estando expuestos a altos riesgos como el contacto directo con cableados eléctricos. En este contexto, queda patente que la elección de un material aislante constituye una cuestión de primer orden.
Por otro lado, tal y como señala Miguel Ángel Gallardo, presidente de AFELMA, “este es un momento clave para que, dentro del marco europeo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, se invierta en solucionar los problemas de seguridad frente al fuego de algunos edificios que por sus características de altura o uso están más expuestos a sufrir incendios. Es fundamental insistir en la necesidad de utilizar productos incombustibles en la envolvente y optar por materiales como las lanas minerales, que además de contribuir a un mejor aislamiento del frío, del calor y del ruido, también ofrecen seguridad en caso de incendio, siendo respetuosas con el medio ambiente”.
En su objetivo de avanzar en la concienciación y sensibilización frente a esta problemática, AFELMA ha firmado recientemente un convenio de colaboración con la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), junto a quienes ha creado un grupo de trabajo para avanzar en la concienciación sobre la prevención y la seguridad en la edificación.